La historia de amor de Colton y Meghan

Era el día anterior a nuestra partida de Jaco, Costa Rica. El viaje tan esperado que nuestras familias habían planeado juntas un año antes estaba llegando a su fin. Pasamos los últimos cuatro días aventurándonos por el exuberante campo, explorando los pueblos costeros y disfrutando del sol. Este día no fue diferente, pasamos la mañana y la tarde escalando las montañas costeras en vehículos todo terreno, explorando cascadas escondidas y comiendo cocina indígena. Fue este mismo día en el que le pediría a la mujer de mis sueños que se casara conmigo. Al acercarse la noche, caminamos hasta una montaña cercana para hacer nuestra reserva para cenar en Adventure Dining. En lo alto de la ladera de la montaña, nuestras vistas se extendían por todo el horizonte. Sobre el balcón, las nubes de abajo dieron paso a la densa jungla y a los arroyos que corrían. Hermosos guacamayos azules se elevaban por el valle. Cuando el sol comenzó a esconderse detrás del océano, aproveché la oportunidad y decidí que era el momento. Hice una señal a nuestras familias y se abrieron paso, dejando a Meghan sola contra la barandilla del balcón. Me dirigí hacia ella nerviosamente, llevaba su vestido de verano color turquesa y sonreía radiante cuando me acerqué. Me puse justo delante de ella, la agarré de las dos manos y le dije que la amaba y que siempre la había amado. Me arrodillé mientras sacaba la caja del anillo de mi bolsillo. Miré a Meghan cuando empezó a jadear. Abrí la caja y le "hice la pregunta". Sin pausa, respondió con un "por supuesto" mientras las lágrimas corrían por su rostro.

Avanzamos exactamente un año y diez días hasta el momento en que dijimos "Acepto", el 30 de diciembre de 2017. Deslicé el exquisito anillo hecho a mano, diseñado por nuestra querida amiga, Ambrosia, en su delicado dedo y la amarré de por vida.

Anillo de compromiso con diamantes tallados a medida y alianza de boda con diamantes para Meghan, y alianza de boda de titanio martillado para Colton